Descarrilaste, descarrilaste enserio. Y mira que derrapamos, que yo derrapé y vos también con tu histeria. Pero ¿Esto? ¿Era necesario? ¿Era necesario largar tanto odio, tanta bronca? No tuviste freno, no tuviste un límite entre mis cosas, mi vida, mi privacidad y mis amigos. Encima no te animás o no querés hablarlo. Pensé que eras distinto, que eras mejor que eso que demostraste ser. No sabés perdonar, no sabés disculpar si quiera.
Pero mañana empieza la nueva annu, los cambios externos reflejan los internos también, "Nadie pasa de esta esquina" me dice Denu, "te quiero linda y no te preocupes, cualquier cosa contás conmigo" escribe Lukitas en un mensaje. Tengo amigos que no van a cambiar con la nueva Annu, que me bancan y me hacen hacer las cosas más felices, más llevaderas y menos preocupantes.

Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
viernes, 6 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario