Yo sabía que no quería volver a Bs As, llegué y me enteré que se murió mi abuela y no supe como reaccionar, no sé todavía como reaccionar. Siento que no me pude despedir, que no pude decir chau, que no la veía hace un año y medio y que ni siquiera pude ir no sé a despedirme de la casa, de ella. No entiendo como hacer para caer y entender con la distancia, me cuesta. Necesito llorar pero no encuentro el momento, no encuentro la manera de decir "Che, sí, se murió" y por momentos lo pienso, lo tengo metido en la cabeza pero no sé, no sé como sacarlo, no tengo los momentos la forma oportuna.
Podría decir que me arrepiento, pero no fue por no querer, fue por imposibilidades físicas que no pude disfrutar tanto de mi abuela. Pero tampoco me puedo quejar, puedo acordarme y recordar un montón de cosas: las canciones de los meses, la taza de la gallinita, las canciones, la iglesia, mis posters en el cuarto... Son cosas que me marcaron, el olor a la casa! El olor a la casa de mi abuela es lo mejor que puede existir, se me viene a la mente y me pone feliz, la siento más cerca, me siento como si estuviera ahí con 6, 7 años tomando nesquik en MI taza y esperando que sea la noche para que haga su GRAN y MEJOR, carne a la cacerola. Te quiero tanto tanto abuela, gracias por mimarme tanto y hacer que tenga recuerdos tan lindos y ya voy a encontrar la manera, la forma de despedirme y llorarte como corresponde y necesito hacerlo.
Comen y beben y hacen así
y pegan la vuelta.-

Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
sábado, 12 de febrero de 2011
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