
Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
sábado, 12 de noviembre de 2011
Es muy díficil aceptar la soledad. Más cuando consiste en la casa sola y nadie más que vos. Vos y vos. Vos y las cerraduras, vos y las cervezas y los vinos y las canciones de Drexler que hacen llorar. Tambien son Prato y Fury que se van, #diadelaprimaveraquenoviene. Todo eso, es la soledad, la soledad de la casa sola, la soledad de la vida, la soledad de las canciones de Drexler que no tienen (y nunca van a tener) dedicatoria.
martes, 8 de noviembre de 2011
Y probablemente por eos también me sea tan fácil escribir sobre #elidiota y tan díficil escribir sobre mí.
Hablando de #elidiota, realmente cambié tanto? Realmente ahora no dejaría repetir la historia de hace un año atrás? Eso me da muchas vueltas en la cabeza. Tengo miedo, mucho miedo, de no haber cambiado, de no haber crecido, de no haber madurado lo suficiente y necesario para entender que hay cosas, formas y situaciones que no tengo que dejar volver.
No sé, acabo de tener una revelación de lo que fue este año, de lo que fui yo este año. De la angustia de este año, de estar llena de gente y sentirme sola, sentirme vacía, sentirme poco, nada. De la angustia de sentirme grande chiquita frente al mundo grande, de tener ganas de llorar, de querer dejar de descubrir cosas.
Hace mucho tiempo que no estaba en esta situación de estar TAN SOLA. Osea, siempre estoy sola materialmente pero me refiero a sola subjetivamente. Siempre tuve mínimamente a quién chamuyarme o de quién hablar en reuniones de amigas o atribuirle a alguien el nombre de "él chico que me gusta". Bueno, resulta que en medio de la bancarrota capitalista y la caída de la bolsa, también cayó el único muchacho que me interesaba actualmente y desviaba mi atención.
Hace meses, hace un año probablemente, en realidad, que no estoy SOLA SOLA. Vino Marto, vino Tadeo, Marto de nuevo, Tadeo de nuevo, Salvador, Brahma (y no sé, fija que me olvido de alguno). Pero en ningún momento me sentí tan a la deriva como ahora que no tengo ni siquiera a quién mandarle un MD diciéndole "lindo".
Y no sé, me angustié en pensar eso porque está claro que no tener en quién depositar una potencia de algo es tener que sentirme sola. Y sentirse sola, sola sola, es super díficil, es tener que no sé, conocerme yo, entenderme yo y convivir conmigo misma, pensar en mí misma y no en alguien más.
Y quizás este año (Que estuvo tan lleno de chicos pero tan vacío de historias con algún sentido) consistió en eso en querer tapar lo que me pasaba, en querer no conocerme, no enfrentarme a mi misma llenándolo de historias, de salidas, de etc. No sé si estoy en condiciones de hacerlo.
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