
Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
martes, 31 de marzo de 2009
Hoy me llamás y me contás que no podes hacer nada de nada y que te asustaste cuando pensás que una y otra vez recaes. Esta canción ya me tocó y la canté. Despabílate, eso sí: no pierdas tu niño cuando encuentres tus bigotes. Vas a tener que poner el cuerpo en acción y dejar la cabeza afuera y estoy segura que me vas a venir a visitar y me vas a contar que ya no te duele, no te duele mas. Y tenés la sensación de que no hay forma de salvarse y te frenás y te enroscás y te juzgas y a la horca. No puede ser así, estás hiperventilando, te estas adelantando a lo que no va a venir: largá el boslo saltá el cerco que es momento de andar fresco (y suelto). Vas tener el que poner el cuerpo en acción y dejar la cabeza fuera y estoy segura que me vas a venir a visitar.
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