-A donde vamos?, pregunté y me contestó " a donde quieras mientra sea esta primavera". Nos elejimos en un banco de estación y nos besamos como si nadie exisitera. Si nadie supo cuidarte aquí estoy yo con mi ilusión y mis heridas de otro amor, si nadie pudo encontrarte en tu rincón aquí estoy yo para cuidarte mientras crezca nuestro amor. Porque vengo perdiedno hace tiempo y no entiendo la vida si no me miras, tengo las horas contadas de mi corazón que ya no puede más. Por eso, te regalo mi fortuna que son besos mi locura y algo más, pero quedáte en mi lugar.
Te traje un beso que oculté en algun balcón y unos abrazos para cuando este dormido. Tus manos suaves usaré como timón, tus ojos negros para cuando esté perdido.
No será el a veces gano de hoy improvisado en la guitarra, pero esta canción de Mambrú se la banca y no se de dónde la saqué

Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
lunes, 21 de septiembre de 2009
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