
Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
martes, 6 de octubre de 2009
Hasta que llegues
Te espero en las cartas que no llegan nunca y entre los recortes de un tiempo mejor, en las nubes tristes de cada verano y en los fríos inviernos sin calefacción. Te espero al bajarme de cada escenario y en las horas puntas de cada estación, en las cuatro lineas que encierran mi mano y en los estribillos de cada canción. Presiento que vas a llegar para quedarte, pero mientras tanto no puedo olvidarme: de lo que puede ser y aún no ha sido, del tiempo que me roba mi destino hasta que se decida a cruzarme contigo. Te espero en las fiestas de mi calendario y en los besos sabios que nadie me dió, en las voces grises que encierran la radio y en la prensa rosa de mi corazón.
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