El mundo

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano

Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges

viernes, 28 de octubre de 2011

Capaz consiste en que nuestra relación se mide por años. 1 año tardaste en aparecer físicamente, un año de idas y vueltas tuve que bancar para cortar todo de una vez y tengo que creer que es un año el tiempo que necesito para dejar de hablar de vos, para que dejes de estar presente en este blog y en mi cabeza. Es como una promesa o como una meta que me propongo: que esta sea la última cosa que escribo sobre vos. Que sea la última vez que una entrada tenga el "NF" de etiqueta.
Podría hacer un repaso por vos y por mí, por la canción/poema que me escribiste y desarrollar al "Nahuel bueno" de las cervezas y la lluvia de verano o hablar mucho de las llegadas tarde, de las mentiras y de los mensaje sin respuesta.
Fuiste un personaje contradictorio en mi vida, podría hablar de la imposibilidad para volver a entregarme de verdad a alguien o de que me hiciste más fuerte, más persona, más grande.
Podría hacer una monografía sobre nuestra relación, pero tendría MUY poco sentido.
Podría por primera vez ponerme a revisar como actúe yo y sacarte un poco del lado de "el malo de la película".
Podría eliminarte de mi facebook.
Podría llorar.
Podría seguir odiándote por ser una barrera tan baja en mi vida.
Pero prefiero dejar todo en modo condicional. Prefiero no hacer nada, no hacer nada más que tenga que ver con vos. Matarte.
Porque nunca te maté, nunca hice realmente el duelo de tu muerte. Nunca. Necesito martarte, necesito matar a tus mensajes en gesell y mar de ajó, al recital del bordo juntos, a la riñonera, a los litros de cerveza, a los daytonas, a la lluvia, al baño de genesis. Necesito matar sociales en navidad, la marihuana que fumamos juntos, los caballeros de la quema, el CD de Sumo. Necesito matarte de una vez y para siempre, sin inmortalidades.

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