
Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
jueves, 29 de enero de 2009
Confesiones
A veces me cuesta aceptar que perdí, no llevo la cuenta de lo que sentí, mis ojos lloran mucho menos si me dan la verdad primero. Prefiero ir descalza y salir a gritar, contar las estrellas que nunca vendrán, gastarme la risa, robarme sonrisas, disfrazarme y cantar y esto es lo que soy. Vení, salvame, de todo lo que fuí, lo que perdí, mintiendo intenciones, te descubrí, contame porque lloras y en que pensas, me tiemblan los años si me abrazas. Guardo seis sombreros con flores de abril, un mundo empapado y un sueño en Madrid, mis manos gritas desalmadas si me voy y no extrañas nada, no siempre me siento a charlar con mi dios, me viste el destino y te eligo a vos, no llevo paraguas ni llaves de casa solo ganas de hoy y esto es lo que soy. Vení salvame, de todo lo que fuí, lo que perdí, mintiendo intenciones te descubrí, contame porque lloras, en que pensas, que imaginas, me tiemblan los años si me abrazas. Salvame de muertes de amor, de las sombras que insisten, quisiera un refugio de dos, salvame de mi mal humor, de cenizas que existen, no puedo sin vos.
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