Ayer, hoy, banquito

El pasado: el que dejamos, el que nos viene a buscar o nosotras lo vamos a buscar a él. Nos agarró desprevenidas nos encontró sin barbijo sin alcohol en gel y sin antigripal, nos sorprendió. De repente estabamos sentadas en el mismo lugar de siempre, kozlowsky estaba de nuevo a noser parte del PO y Nico y el Uru (y Marqui en el sentimiento) estaban ahí, en nuestro colegio, como hace 2 años.
Caímos en la cuenta de que se crece, de que se cambia y de que, por suerte, segundo año lo exprimimos al máximo, que ya estamso grandes y que Marky ya no está más para alegrarnos las mañanas. Y los chicos.... los chicos tampoco ¡Cómo me hace falta eso de quedarme en el recreo a saludarlos! Ir, molestarlos, que ellos nos molesten. Estaría bueno hacer un viaje en el tiempo por un día al menos a vivir de nuevo esas tardes de segundo de quedarnos hasta las 5 de la tarde para saludar a los chicos dejandole las mochilas a Jorge y yendonos a cualquier lado ¿No era genial?. Pero mientras más lo pienso, más lo extraño y menos se puede volver a atrás, no sé si es el hecho de volvernos viejas, de que sentimos que estamos más cerca del final que del principio y que ese final es nuevo principio que nos da pánico.
Quiero de nuevo volver a segundo, quiero de nuevo ver a Marqui todas las mañanas y que em salude o me guiñe el ojo ♥, quiero ver al qeumado y acosarlo, quiero quedarme hasta las 5 de la tarde en el colegio haciendo nada, solo para aparecernos ene l recreo a molestar a los chicos, quiero seguir inventado canciones para nuestros amores plátonicos, quiero ir a Madryn y filmar videos con carlos cantando el chico del arito ♪ o ver a Marqui haciedno piruetas en el patio o simplemente pasar un recreo entero mirandolo (obesionadaaas).
Pero el tiempo se pasó no sé como cuando ni en que momento, de repente los chicos ya estaban en 5to, Marqui ya se había ido y así como si nada ya estabamos en la vuelta, en su despedida, en nuestra despedida en parte: había una fracción de lo qeu era NUESTRO colegio que se estaba yendo, nos cerraba la puerta y terminaba ahí, sin posibilidad de retorno. Quizás no la aprovechamos lo suficiente o quizás sí y por eso pasó tan rápido pero por más que sepamos que no va a volver, que ya estamos en cuarto y somos unas viejas está bueno sentarse cada tanto en el banquito y ver, como siempre, la gente pasar y hacer una lista de"zafa, no zafa, está bueno (hoy lo deberiamos haber hecho)". En fin, Gracias a ese banquito por ser el contenedor y testigo de las máximas locuras, por ser el que nos prestó su madera para quedarnos toda la tarde o dejar las mochilas, por ser parte de nuestro pasado, por SER nuestro pasado. Banquito pasión ♥