
Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
sábado, 13 de febrero de 2010
Después de una noche con altibajos, con fisuras que boludean a Mauro, Brahmas en el bar brasilero y un pancho que le dió el broche de oro, nos dispusimos (un poco pasados por agua) a volver a mi casa. Caminabamos por Honduras a unas cuadras de la plazita cuando después de que un borracho le preguntara a Carlos si me presentaba y él le dijera que no podía, pasamos por una parejita y el muchacho dijo "La cojííída de hoy (fue con acento en la i, lo juro) no te va a afectar?". Camine unos pasos, lo mire a Carlos, le repetí la frase y me empezé a reir.
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