Algún día me encantaría encontrarte por salguero y agradecerte. Agradecerte por tu soberbia de archisupermega intelecutal y nerd y fanático de cosas raras. Agradecerte porque tenés un blog y porque fuiste vos por el que yo abrí esto. Todavía me acuerdo cuando te creía el mejor en todo, el que mejor escribía, el que mejor andaba en skate, el que la tenía más clara. Y un día, me dí cuenta de que yo también podía escribir lo que me pasaba y de que vos no eras un genio de la literatura (hoy en día las cosas que me encantaban me parecen aburridas) y agradecerte sobre todo, porque fue ahí dónde me dí cuenta que yo siempre me pongo abajo de los demás, que yo te creía mejor que yo en todo, como un ser superior, pero yo también podía escribir (no sé si mejor o peor que vos) pero podía escribir y vos no eras ningún genio.
Y vivir muy en carne viva como uno puede idealizar a alguien, porque vos eras no sé, lo más. Me fascinabas, me encantaba no poder terminar de entenderte y que fueras tan vos y tan soyadulto.com y por otro lado me cocinaras patitas de pollo con puré con la felicidad de un nene de cinco años. Y hoy puedo decir que espero que no sigas siendo como eras, porque mucho tiempod espués me dí cuenta que no estaba bueno ser como vos, que sufrías siendo como eras y que enserio, no eras tan genial como parecías.

Nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo. Nunca daremos con el hilo; acaso lo encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueño, en las palabras que se llaman filosofía o en la mera y sencilla felicidad.
J. L. Borges
J. L. Borges
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